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Cada año viajamos a la Reunión Anual de MDRT con la esperanza de escuchar esa idea de ventas que podría tener un gran impacto en nuestros negocios. A veces es una simple frase, que inesperadamente, sale de algún compañero miembro de MDRT o de un orador de Sesión Plenaria.

Durante la Reunión Anual del 2004 en Anaheim, me encontraba tomando notas durante una conferencia, cuando escuché que el orador dijo: “La diferencia entre un sueño y una alucinación es ponerle fecha”. Anoté la frase, y las palabras saltaron del papel. Algo en esa frase me sorprendió. No tenía idea del impacto que esa simple oración tendría en mi negocio y en mi vida personal.

Me esperaba un vuelo de cinco horas de regreso de California a Canadá, así que, acomodada en mi asiento del avión, empecé a repasar mis notas, y la frase volvió a saltar del papel: “La diferencia entre un sueño y una alucinación es ponerle fecha”. Eso trajo a mi mente una meta personal en la que había estado pensando por mucho tiempo, pero que no estaba nada cerca de lograr. Mi meta era tomar unas vacaciones familiares en Italia. Esa meta era importante para mí, porque yo nací en un pueblito al sur de Italia, luego me casé con un canadiense y tuvimos dos hijos, quienes, en aquel tiempo, eran adolescentes. Yo quería que ellos conocieran el lugar donde nací, que caminaran por las calles por donde yo había caminado cuando era niña, y después, que pasáramos tres semanas viajando por el país. Ya había compartido mi sueño con mi esposo, y habíamos platicado al respecto, pero estábamos muy lejos de lograrlo. Sentada en el avión, mientras pensaba otra vez n esa frase, tomé un papel en blanco y escribí: “Viaje familiar a Italia”. Y por primera vez, le puse fecha.

Agosto del 2005 era una fecha límite agresiva porque sólo faltaba un año, y al mirarla en el papel me di cuenta de que había dado el primero de tres pasos para lograr mi meta: Puse una fecha límite.

El siguiente paso era identificar los obstáculos que se encontraban en el camino, y que me impedirían completarla. Principalmente eran dos: El primero, financiar el viaje, porque en esa época todos nuestros ahorros estaban destinados a remodelar la casa. El segundo: El tiempo que tendría que pasar lejos de mi negocio. Estaríamos tres semanas en Italia, y me preocupaba que los estándares de servicio a mis clientes, y mi producción, bajaran.

Para cuando el avión aterrizó, había logrado dar el tercer paso; había eliminado los obstáculos.

Decidí que podíamos posponer por un año algunas de las remodelaciones y que necesitaría contratar más personal para asegurarme de que mis clientes estuvieran bien atendidos en mi ausencia.

Mi esposo pasó por mí al aeropuerto y aproveché para compartirle que ya había planeado nuestras vacaciones a Italia. Él estaba muy sorprendido, pero me apoyó con la idea de posponer las remodelaciones porque sabía cuánto significaba este viaje era para mí. También me dijo que me conocía lo suficiente como para saber que cuando me propongo una meta, lo mejor es no interponerse en mi camino.

En cuanto escribí la meta en papel le puse fecha, todo plan y toda acción que realizaba me llevaban en esa dirección, y así, el 3 de agosto de 2005, aterrizamos en Italia.

Pasamos las siguientes tres semanas creando recuerdos familiares que nos durarían para el resto de nuestras vidas, incluyendo el sentarnos en las escaleras de la casa en la que nací.

Haber escuchado esa frase tan sencilla en aquella reunión de MDRT me trajo muchos cambios positivos cuando entendí que, si ponerle una fecha límite a mis sueños funcionaba, también funcionaría para mis clientes.

Al adoptar la planeación financiera por metas, y al ponerles fechas a las metas de mis clientes, he tenido el placer y la satisfacción de ver a mis clientes lograrlas. A cambio, me han demostrado su aprecio dándome un flujo constante de referidos.

Contratar una persona más en equipo, no solo hizo que mis clientes estuvieran bien atendidos en mi ausencia, sino que mi producción anual también aumentó, ya que pude pasar más tiempo en donde soy más efectiva, es decir, frente a mis clientes.

Tuvo un gran impacto, tanto en lo personal, como en lo profesional.

Entonces, ¿qué ideas o conceptos vas a llevarte de regreso a tu país que cambiarán tu negocio, e incluso tu vida? ¿Qué cosas estás abierto a recibir? Yo creo que las ideas nos llegan cuando estamos listos para recibirlas. Por eso, lo que nos llevemos de esta reunión será diferente a las reuniones pasadas o futuras, y por eso es importante seguir viniendo. Así que, permíteme preguntarte, ¿cuál es esa meta que te gustaría ver cumplida?

Ponle una fecha a tu meta, y sin importar si es grande o pequeña, verás cómo ponerle una fecha límite tiene el poder de volverla realidad.

Tancock

Aurora L. Tancock, FLMI, CFP, ha sido miembro de MDRT 17 años y siete veces calificado en Court of the Table. Es presidenta y propietaria de Aurora Tancock Financial Services. Ha servido en diversos comités, incluyendo como vicepresidenta divisional de PGA para la Reunión Anual en 2015, y es actualmente miembro del Comité de Finanzas.

Aurora L. Tancock, CFP, FLMI
Aurora L. Tancock, CFP, FLMI
22 oct 2018

El poder de la Fecha Límite

¿Alguna vez haz encontrado una idea sencilla que haya cambiado tu vida? En esta sesión, Tancock comparte la idea de ventas que tuvo un gran impacto en su negocio y vida personal. Al establecer un plazo para sus metas, emprendió acciones nuevas y significativas.
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Autor(es)

Aurora L. Tancock, CFP, FLMI

Secretaria